sábado, 23 de junio de 2012

Capítulo 1


Salimos de casa del abuelo, aún con la aterradora historia en nuestras mentes.
Mamá nos esperaba con el coche al final del camino, unos cuantos metros por delante.
Yo iba pensando en la historia, pensando en su trágico argumento, cuando Claudia me dio un codazo.
-Eh, mira eso-dijo, señalando con la barbilla un punto que estaba detrás de la casa del abuelo.
-¿Qué? Yo no veo nada…
-Me ha parecido ver un chico rubio allí, ¿vamos a ver?
-¿Y qué iba a hacer un chico a estas horas de la noche en casa del abuelo, vamos a ver? Seguro que te lo has imaginado. Esa historia del abuelo nos ha llegado hasta lo más profundo de nuestro ser.
-Puede ser…
Nuestra madre nos llamó con insistencia.
-Anda, vamos-dije, tirando de ella-No la hagamos esperar.
-Vale-dijo ella no muy convencida, pero dejándose arrastrar.
Llegamos al coche y entramos dentro.
-¿Qué hacíais ahí paradas?-nos regañó nuestra madre-No sé cuántas veces os he dicho que tenéis que venir directamente al coche, sin entreteneros.
-Pero mamá…-protesté-Ni que fuera peligroso…
-Nunca se sabe, hija-dijo, arrancando.
Dos días más tarde…
-No me puedo creer que haya pasado esto-dijo Claudia.
-Yo tampoco.
-Hace dos días estaba perfectamente, estuvimos con él, nos contó una historia y ahora mira…
-Ya sé, pero estas cosas pasan…
Estábamos en el cementerio, delante de la tumba de nuestro abuelo.
El ataúd estaba abierto y era duro verle allí, inmóvil, tan carente de vida, cuando siempre le habíamos visto disfrutar de cada minuto que le daba la vida.
Infarto, dijeron.
Al abuelo le había dado un infarto.
Bastante gente se encontraba allí, nuestra familia y algunos conocidos.
Todos escuchamos pacientemente la misa del cura.
-Eh, mira-dijo Claudia, dándome otro codazo-Ese es el chico que vi en casa del abuelo antes de que muriera.
Seguí con la mirada su vista y mis ojos se posaron sobre cuatro chicos que estaban apartados, bajo la sombra de un árbol.
-¿Cuál de los cuatro?
-Al rubio.
-Hum… Quizá te lo imaginaste y ese chico simplemente se le parezca.
-No. Yo sé lo que  vi y le vi a él.
-Está bien, te creo. Si tú dices que era él, lo era. Pero… ¿Qué hacen aquí? Yo no los conozco.
-Ni yo, pero…
-Chst, niñas, por favor un poco de respeto que era vuestro abuelo…-dijo nuestra tía Ann.
Cuando el cura acabó de pronunciar su discurso, la gente se fue.
No querían ver lo que venía a continuación.
Claudia y yo nos quedamos allí, de pie, solas, cogidas del brazo.
Bueno, los cuatro chicos desconocidos también estaban allí.
Los enterradores se nos acercaron.
-Vamos a proceder a cerrar el ataúd y a enterradlo. ¿Os gustaría unos minutos a solas con él antes?
-Vale-aceptamos.
Se fueron y nosotras nos acercamos al ataúd.
Claudia se inclinó.
-¿Qué haces?-pregunté.
-¿Qué es esto?-dijo, metiendo la mano dentro y cogiendo el brazo del abuelo.
-Pero, ¡¿qué haces?! ¡¿Estás loca?! ¡No le toques!
Entonces, me enseñó la muñeca del abuelo, que tenía un color muy oscuro para el tono de piel que tenía él.
-¿Qué es esto?
-¿Un moratón?-aventuré yo.
-Los maratones no tienen este color, sino morado…
Pasó el dedo por encima y se llevó por delante el maquillaje, dejándonos ver una especie de herida.
Ambas emitimos una exclamación.
Mientras estábamos inclinadas sobre el ataúd, no nos percatamos de que los cuatro chicos se habían ido acercando a nosotras muy lentamente.
-Pero, ¿qué clase de herida es esta?-dijo mi hermana, examinándola detenidamente.
Me acerqué para mirar la herida mejor.
-Parece… Parece una marca de colmillos.
Entonces, todo ocurrió muy deprisa.
Algo me levantó en el aire, me cargó en su espalda como si fuera un saco de patatas y echó a correr rápidamente conmigo.
Grité llamando a mi hermana, pero nos alejábamos demasiado rápido como para que a ella le diera tiempo a llegar hasta mí.
-¡Cris!-gritó mi hermana, al ver que se me llevaban.
Y echó a correr tras de mí, persiguiendo a tres de de los chicos de antes.
El cuarto, el rubio, era el que iba en cabeza, conmigo como captura.
Pero íbamos demasiado rápido, y mi hermana no pudo seguirnos por mucho más tiempo.
La perdí de vista y ramas empezaron a golpearme en la cara.
Al final, el chico se detuvo en un claro rodeado de árboles, donde había un tronco caído en el cuál había un chico alto y con el pelo muy rizado sentado.
Me dejó en el suelo.
Quise echar a correr y escapar, pero estaba entre el tronco y el chico y sabía que, si corría, a él no le costaría nada atraparme.
Entonces, en un abrir y cerrar de ojos, otros dos chicos aparecieron sentados en el tronco, uno a cada lado del otro chico.
Pero, ¿cómo habían conseguido aparecer tan rápido?
Y, además, faltaba uno.
Mis ojos volvieron a posarse en mi secuestrador.
Era alto, rubio, de tez pálida y tenía unos ojos azules muy penetrantes.
Guapo, sin duda alguna.
En ese momento, sin previo aviso, el chico se tiró contra mí.
Vi, en esos bellos ojos azules, el deseo de matarme.
-¡No!-dijo uno de los dos chicos que habían aparecido por arte de magia-¡Si la matas, nos quedaremos sin respuestas!
-¡Déjame, déjame Zayn! ¡Tengo hambre!
Pero, ¿es que acaso eran caníbales?
-Nosotros también, pero necesitamos esas respuestas, ¿me oyes? Cálmate, Niall. Necesitamos que te calmes.
Niall.
Mi secuestrador se llamaba Niall.
-Vale, me calmaré.
Respiró hondo un par de veces, con los ojos cerrados.
-Vale. Ya estoy calmado.
Se inclinó sobre mí.
-Y ahora nos vas a decir qué sabes sobre Vladimir.
¿Vladimir? ¿El  vampiro de la historia que nos había contado el abuelo antes de morir?
-¿Y por qué habría de decirte nada? Tú fuiste la última persona que vi cerca del abuelo antes de su muerte.
Aquello fue como un jarro de agua fría para él.
Su expresión cambió.
Pasó de estar nervioso a estar alterado.
-Niall…Cálmate-le dijo el supuesto Zayn.
-¡Estoy calmado, joder!
-Lo que tú digas.
-Yo no sé lo que viste-dijo, volviéndose hacia mí-Pero yo no le hice nada. Es más, estaba tratando de protegerle.
-¿Protegerle? ¿Protegerle de qué?
-¿Y eso qué importa ahora? Dime lo que quiero saber.
-¿Y cómo me garantizas que, después de que lo haga, me dejarás con vida? Antes has mencionado querer matarme…
-Y lo haré como no me digas de una maldita vez lo que te he preguntado.
-Niall…
-¡Cállate, Zayn!
-Garantías-dije, chascando la lengua-Necesito garantías de que viviré.
Con todo esto estaba tratando de ganar tiempo para que mi hermana llamara a la policía, que es lo que yo haría, me buscaran y encontraran.
-Está bien. Te doy mi palabra de que te dejaré vivir.
-No me lo creo.
Se inclinó sobre mí como si fuera a golpearme, pero luego se lo pensó mejor y no lo hizo.
-No, Niall…Recuerda tu promesa, recuérdala…-se dijo a sí mismo.
-¿Qué promesa?-pregunté.
-¿Y eso a ti qué te importa? Vamos, responde a mi anterior pregunta.
-¿A cuál? ¿A la de “y eso qué importa ahora”?
Niall resopló.
Estaba empezando a agotar su paciencia.
-Me estoy intentando controlar-le dijo a los otros chicos-Pero me lo está poniendo muy difícil.
Mientras tanto…
Mientras perseguía a los chicos, uno de los tres resbaló y cayó al suelo.
Los dos no se molestaron en esperarle y siguieron corriendo.
Claudia se paró, sabiendo que no podía alcanzarles.
-¡Tú!-dijo, acercándose al chico que a duras penas se levantaba del suelo-¡¿Adónde os habéis llevado a mi hermana?! ¡Malditos seáis! ¡Llevadme con ella!
Y le empezó a golpear, dándole manotazos, puñetazos y patadas.
-¡Ah, ah! ¡Para, para!-dijo el chico.
-¡No pararé hasta matarte cómo no me lleves con mi hermana!
-¡Vale, vale! ¡Lo haré, pero no me mates, deja de golpearme!
-Más te vale, sino, lo haré.
-Cuánta agresividad, joder.

-Te lo preguntaré una vez más. ¿Qué sabes de Vladimir?
-No diré nada hasta no volver con mi hermana-dije.
-¡Cris!-dijo esta, apareciendo de la nada y tirándose al suelo a mi lado, abrazándome.
Tras ella, apareció el chico que faltaba.
-Lou, tío… Se supone que tenías que distraerla-dijo el chico rizos.
-Tuve que traerla. ¡No paraba de pegarme y temí por mi vida!
-Bueno, da igual-dijo Niall.-Ahora estás con tu “hermana”-dijo, imitando mi voz con tono burlón-Así que dime lo que quiero saber.
-¿El qué?-preguntó mi hermana.
-Vladimir. Decidme todo lo que sepáis de él.
Nosotras les contamos la historia que nos contó el abuelo con todos los pelos y señales que recordábamos.
-¿Y no sabéis nada más?-preguntó Niall al final.
-No, te lo prometo. El abuelo no nos contó nada más.
-Hum… Vale.
-¿Y vosotros por qué estáis interesados en Vladimir?-preguntó Claudia.
-¿Y por qué habéis liado todo esto sólo por una historia?-pregunté yo.
-Eso a vosotras no os importa.
-Sí, sí que nos importa, dado que parece que nuestro abuelo ha muerto a raíz de esa historia-dije.
-Por ahora no podemos contaros nada-dijo un chico que estaba al lado del ricitos.
-Vais a tener que confiar en nosotros-añadió Niall.
-Claro, confiaré ciegamente en alguien que quería matarme…-dije, sarcásticamente.
-Créeme, aún me estoy planteando el hacerlo.
-Pero no lo harás-dijo Zayn.
Él y Niall se miraron y luego este último desvió la mirada, aunque no dijo nada.
-Creo que este no es momento ni lugar para hablar de esto-dijo el chico que estaba al lado del rizos.-Deberíais volver a casa-dijo, dirigiéndose a nosotras-Por vuestro propio bien.
-Os acompañaremos. Vamos por el coche, Lou-dijo el chico rizos, bajándose del tronco del árbol.
-Pero si no hace falta-dijo mi hermana-Vivimos a un tiro de piedra.
-Da igual-dijo Niall-Toda protección es poca.
-¿Protección? ¿Contra qué?
Mas no me contestó.
-Vamos, levantaos del suelo.
Y me tendió una mano.
Le miré.
¿Debía cogerle la mano a alguien que debatía la posibilidad de acabar con mi vida?
Antes de que mi mente respondiera a la pregunta, yo ya lo había hecho.
Tenía la mano helada.
-Y ahora caminad, delante nuestra.
Me molestaba que fuera tan borde.
¿Qué le habíamos hecho nosotras para que él se portara así?
Nos escoltaron hasta un coche negro.
-Entrad.
Así lo hicimos.
Dentro del coche estaba Harry y Louis, que conducía.
Ellos no subieron.
-Bueno… Pues os llevaremos a casa-dijo Harry, que se había girado para mirarnos.
Nosotras respondimos con un gruñido.
Una vez que el coche se puso en marcha, me crucé de brazos, cabreada y un poco bastante asustada aún por lo que había vivido, y me puse a mirar por la ventana.
Si no fuera porque era totalmente imposible, diría que había visto a Niall correr a toda velocidad al lado del coche.
Pero no había persona humana que pudiera correr tanto, ¿no?
Miré por la ventana del lado de mi hermana y creí ver al otro chico, Liam, creo recordar que le habían llamado, corriendo al lado del coche.
¿Qué estaba pasando aquí?
Louis aparcó enfrente de nuestra puerta.
-Bueno pues… Un placer haberos conocido.
-Gracias por traernos-fue la única respuesta que dimos.
Al cerrar las puertas, se fueron y nosotras entramos en casa.
Nuestra madre nos preguntó por qué habíamos tardado tiempo.
Le dijimos que habíamos necesitado tiempo para nosotras mismas.
Esa noche…
Estaba tumbada en mi cama.
Mi cuarto estaba totalmente a oscuras.
Intentaba dormir, pero no lo conseguía.
Afuera llovía.
En la oscuridad del cuarto veía aquellos ojos  azules que me habían mirado con esas ganas de matarme, de hacerme desaparecer del mundo.
Me aterraban, pero a la vez me fascinaban.
¿Cómo algo tan bello podía ser tan mortífero?
Oh, Cris, olvídalo. Te estás comportando como una completa idiota. Ese chico lo más seguro es que fuera un chalado, un friki de esos de los vampiros y hoy él y sus amigos nos habían gastado una broma. Muy elaborada, cierto, pero una broma al fin y al cabo.
Pero no podía sacarlo de mi mente.
Ni a él ni a las marcas en la muñeca del abuelo.
¿Qué serían?
Harta de dar vueltas y no poder conciliar el sueño, me levanté, me dirigí a la ventana y la abrí.
Llovía a cantaros.
Me apoyé en el marco de la ventana y miré el bosque.
Entonces, vi algo que me llamó la atención.
En el árbol que estaba a un par de metros de casa, había alguien subido a una rama, sentado en ella.
Esforcé la vista para ver quién era, pero estaba demasiado oscuro para distinguir nada.
Entonces, un rayo iluminó largamente la noche y me permitió conocer la identidad de la persona.
Ahogué un grito al ver que se trataba de Niall.
Era él, estaba mirando hacia mi ventana y chorreaba agua.


¡Bueno, gentes! Pues aquí va el primer capítulo de esta novela, la cual escribimos Styles One Direction (que escribió el prólogo) y yo, Cris Vila Jb, que escribí este capítulo. Escribiremos un capítulo cada una, supongo. Para cualquier crítica, comentario o whatever, please, un comentario o si desea contactar con nosotras para matarnos (o cualquier otra cosa, como una sugerencia para la novela...) puede decírnoslo por nuestros Tuentis, cuyos nombres puse al principio de este comentario. ¡Gracias por leer y que la suerte esté siempre, siempre de vuestra parte! (?)
Att:Cris Vila Jb

2 comentarios:

  1. aksldjkasjd fasinante historia de suspenso ... ame el primer capitulo ♥w♥

    ResponderEliminar
  2. Amooo esta novela! Espero impacinte el siguiente! :D

    ResponderEliminar