sábado, 25 de agosto de 2012

Capítulo 10

Terminé de fregar los platos (mi hermana también se había librado de este castigo) y subí a mi cuarto.
Al pasar por delante del de mi hermana, que tenía la puerta abierta, pude ver que estaba sentada en una silla, delante del atril y un lienzo y pintaba sobre él mientras tarareaba Sonata de claro de luna.
Cris pintaba muy bien. Siempre le decíamos que tenía un don, pero ella no quería reconocerlo.
La dejé que siguiera a lo suyo y me tumbé en mi cama.
Me lo había pasado especialmente bien con los chicos hoy, pero no sabría cuándo podría repetirlo. Mis padres no salían todos los días de casa, así que no podría escaparme siempre y, además, hoy habían estado a punto de pillarme.
Tendría que resignarme y aceptar el castigo.
Quizá, si mis padres veían que lo aceptaba y cumplía, me lo quitaran antes.
A la mañana siguiente, Cris estaba contenta, canturreando de nuevo y sin apartarse de la ventana abierta de su cuarto, el atril y el lienzo. Cuando intenté que me dejara ver qué dibujaba, se enfadó momentáneamente y me echó de su cuarto.
Me extrañó que actuara así, ya que siempre me había dejado ver los demás cuadros que había pintando sin estar estos acabados, pero decidí que últimamente mi hermana estaba rara y no tenía que darle más vueltas.
Por la tarde, mientras estaba en el salón viendo las tele con mis padres por hacer algo, Cris bajó, arreglada y bien vestida.
-¿Te vas con Matt, hija?-le preguntó mi padre.
Yo refunfuñé un poco por lo bajo.
Yo también quería salir. ¡Aunque fuera con Matt! Bueno no, tampoco estaba tan desesperada por salir.
-Sí.-dijo ella.
-¿Vendrá a buscarte?
-No, porque no hemos vuelto a hablar desde ayer. No tenía el móvil, ¿recuerdas? Se me olvidó pedirle el número, aunque quizá no tenga ni móvil, no es mucho de tecnologías... Así que voy a ir yo a buscarle a su casa. Me dijo que estaría.
-Ah, bueno. Entonces todo está bien.
Oh, Cris volvía a la casita de Matt para que este le tocara el piano.
Menuda hermana más... que tenía. No encontré el adjetivo para calificarla.
-Y me preguntaba si... Claudia podría venir conmigo.
Me incorporé un poco del sillón y la miré, dado que hasta entonces le había estado dando la espalda.
-Quiero enseñarle la casa de Matt, papá, ¡es que es alucinante! Por favor y ella estaría con Matt y conmigo toda la tarde.
¿Qué? ¿Cris quería que me fuera con ella y con Matt? ¿Qué clase de cable se le había cruzado?
-Por favor, papá-dijo, poniéndole ojitos.
Bueno, si iba con ella, quizá pudiera comprobar con mis propios ojos cómo era en verdad ese tal Matt y ver si los chicos estaban en lo correcto cuando hablaban de él.
Mi padre me miró y yo sonreí con inocencia.
-Bueno, está bien. Pero te dejo salir porque vas con tu hermana, ¿entiendes?
-Sí, papá. Gracias. Voy a vestirme.
Me puse esto:



Y bajé corriendo a encontrarme con mi hermana, que iba así vestida:

-¿Nos vamos?-dijo ella, sonriendo.
-Sí, anda, vámonos.
Salimos de casa y dejé que ella me guiara.
Me sorprendí al reconocer el camino.
-¿Pero no íbamos a casa de Matt?-pregunté.
-Y voy a ir, pero tú te quedas con los chicos.
-¿Qué?
Ella se paró y me miró.
-¿Es que no lo entiendes? He engañado a papá para que pudieras salir. Si él cree que vas conmigo y estás con nosotros, nadie tiene por qué decirle que en realidad tú estás con los chicos. Y además,  también tengo ganas de verlos.
Sonreí y le abracé.
-¡Gracias!
Sonrió.
-De nada, hermanita.
-No me llames así, que me hace sentir pequeña.
Rió.
-Por eso mismo lo hago. Venga, sigamos.
Seguimos andando por el bosque, de camino a casa de los chicos.
-Tendremos que volver juntas a casa. Supongo que Matt me acompañará.
-No sé si saldremos de casa, pero si salimos, le pediré prestado el móvil a alguno de los chicos y te llamaré.
-Divino.
A Cris le había dado por decir "divino", en vez de "perfecto".
Llegamos a casa de los chicos y llamamos al timbre.
Esta vez fue Zayn quién abrió la puerta.
-¡Eh, Zayn! ¿Qué tal?-dijo mi hermana, sonriendo.
La miré enarcando una ceja.
Definitivamente, mi hermana estaba muy rara.
-¡Hombre, mira quién tenemos aquí!-dijo él, apoyándose en la puerta- ¿Hoy has decidido honrarnos con tu presencia?
-Pero sólo por un rato, Zayn, es que estoy muy solicitada.
Él sonrió.
-Te creo. Pasad, nos os quedéis ahí.
Entramos las dos y, de nuevo, nos dirigimos al salón, donde Harry jugaba junto con Louis al Fifa. Se veía que le habían cogido el vicio. Liam leía un libro y Niall estaba sentado en el sillón, al lado de un sitio vacío. Seguramente estaba hablando con Zayn antes de que nosotras llegáramos.
Al vernos entrar, se quedaron mirando a mi hermana.
-¿Qué?-dijo ella, molesta al tener toda la atención sobre ella.
-¡Estás viva!-dijo Louis.
-¿Y por qué no iba a estarlo? No puedo morir sin ganarte al Fifa.
-Entonces puedes morir ya, porque nunca lo conseguirás.
Todos reímos, menos Niall.
Nos sentamos en el sillón y mi hermana me dejó a mí al lado de Niall.
Parecía ser que toda relación que pudiera haber entre ellos había acabado, porque ni siquiera le miraba.
Estuvimos un rato hablando sobre lo que hicimos nosotros ayer, hasta que Zayn decidó preguntarle sobre ella y Matt.
-Y bueno... ¿Qué tal con Matt?
Cuando lanzó la pregunta, el ambiente se puso tenso.
-Bien, muy bien.
-¿Qué hicistéis?
-¿Desde cuándo te interesa tanto mi vida privada, Zayn?
-Eh, tranquila-dijo este, levantado las manos-Ya que nosotros te hemos contado lo que hicimos, lo justo sería que tú también nos informaras un poco.
¿Veis lo que os digo? Mi hermana está rara. Ella nunca habría dicho algo tan borde.
-Pues no hicimos nada malo, si es lo que quieres saber. ¿Y sabes por qué? Porque aunque decíais que era malo, que no me trataría bien... ¡Os equivocásteis!
Y entonces saltó Niall.
-Aquí la que está equivocada eres tú. Él no es como te crees que es.
Mi hermana se levantó del sillón y se puso frente a él.
-¿Y tú qué sabes?
-Yo lo sé todo.
-¿Ah, si? ¿Y sabías esto?-dijo, cogiendo un cojín y tirándoselo a la cara.
Él no hizo ningún ademán de apartarse y le dio.
Cris se dirigió hacia la puerta y la abrió.
-¡Y él al menos no ha intentando matarme!
Y se fue dando un portazo.
Niall se quitó el cojín de la cara.
-Aún.
Me le quedé mirando.
-¿Qué has querido decir con eso?
Él se levantó, sin contestarme y fue a la cocina.
De repente, oímos un enorme estrépito, como de una vajilla entera, estreyándose contra el suelo y rompiéndose en mil pedazos.
-Ya voy yo-dijo Zayn, levantándose y yendo a la cocina también.
-Niall-
Romper la vajilla no me había hecho sentir mejor en absoluto.
-Adiós a la vajilla favorita de Liam...
Me di la vuelta y vi a Zayn apoyado en el marco de la puerta.
-No importa, si total, ya no puede usarla.
-Eso no quita de que a él le gustara.
Se acercó.
-¿Qué te pasa?-preguntó.
-¿A mí? Nada.
-Oh, claro, me olvidaba de que rompes platos por diversión... ¿Cómo pude ser tan despistado?
Suspiré.
-¿Tú le has oído hablar?
-He escuchado lo mismo que tú, sí.
-Le protege...Le...Le defiende.
-Lo sé. Tenemos que hacer que abra los ojos.
-Es lo que llevo intentando desde que las conocimos.
-Pero no lo haces bien, Niall.
-¿Ah, no?
-No. No tienes tacto.
-¿Qué no tengo tacto? ¡No hay tiempo para tactos! ¡El tiempo se acaba, Zayn! ¡Se le acaba el tiempo!
-Lo sé, Niall, lo sé. Pero ella te tiene miedo. Y eso es lo que le impide creerte.
-¿Miedo? ¿A mí?
Asintió.
-Sí. Así que, si quieres que te crea, lo primero que tienes que hacer es ganarte su confianza.
-Eso es un poco difícil cuando tratro de no intentar matarla todo el tiempo, ¿sabes?
-End-
-¿Qué harán esos dos en la cocina?-preguntó Harry.
-Nada bueno, seguro.-dijo Louis.
-¿A qué se refería Niall cuando dijo que aún Matt no ha intentando matar a mi hermana?
Liam, Harry y Louis se miraron entre sí.
-Creo que será mejor que te lo explique él, cuando vuelva.-resolvió Harry.
-¡No me digas que me calme, Zayn! ¡Al final acabaré matándola yo!-dijo la voz de Niall desde la cocina.
-¡No lo harás! ¡Sabes controlarte!
-¡Pero quizá la próxima vez no pueda hacerlo!
-De...¿De qué hablan?-pregunté.
-No lo sé.-dijo Louis.
Liam hundió más la cabeza en el libro.
-¡Si alguien tiene que morir, es él!
Los gritos cesaron.
Pasados unos minutos, Niall y Zayn regresaron.
-Claudia quiere que le expliques qué está pasando.-dijo Harry, dirigiéndose a Niall.
Este suspiró y me miró.
-Tienes... Bueno, tenemos que conseguir alejar a tu hermana de Matt. Él es... No sé cómo explicarme... La clase de chico que se obsesiona por una chica y, bueno... Su obsesión puede llevarle a hacer cosas...
-Creo que lo entiendo.-dije.
-Esta gente tiene un modo de actuar, ya sabes. Primero se muestran cariñosos, afables... Y luego ya desvelan su verdadera personalidad.
-No quiero eso para mi hermana.
-Yo tampoco.
Todos nos miramos.
-¿Y cómo hacemos que dejen de verse?-pregunté.-¿Alguna sugerencia?
-Yo tengo una.-dijo Niall.-Pero quizá no nos guste.




¡Buenas! It´s Cris again. Pues eso, que este es el segundo capítulo que le tocaría hacer a Claudia. Me ha dicho que es muy posible que el Martes esté ya por aquí, así que el siguiente capítulo, el 11, sería mío porque me corresponde y ella ya retomaría los suyos (:
Muchas gracias por leer, de verdad.
Espero que os guste xx

lunes, 20 de agosto de 2012

Capítulo 9

Salimos los dos de casa y nos encaminamos al pueblo.
Fuimos hablando un poco  de los dos.
-¿Y cómo es que no te he visto antes por el pueblo?-pregunté-Si se supone que vives aquí...
-Bueno, mis padres murieron pronto y yo quedé al cargo de mi tío, que vive en el pueblo de al lado. Ahora que soy mayor de edad, he vuelto aquí, ha vivir a casa de mis padres.
-Ah. Una historia triste, la tuya.
-Sí, pero para triste ya está tu historia... ¿Qué ha podido hacer alguien como tú para estar castigada?
Sonreí.
-Las compañías que frecuento últimamente no son... Del gusto de mis padres.
-Padres. Siempre quieren lo mejor para sus hermosas hijas.
Eso me hizo reír.
Nos sentamos en uno de los bancos de la plaza y seguimos hablando de nosotros, conociéndonos.
Era rubio, con unos grandes enormes ojos azules y la piel pálida. Era bastante más alto que yo y, aunque esbelto, era fuerte.
Como dijo mi hermana la primera vez que le vimos, recordaba mucho a Niall.
Pero Matt tenía algo que Niall no.
Y no sabía qué era, pero pensaba descubrirlo.
Me abrí a él con facilidad.
Le conté lo unida que estaba a mi abuelo y el golpe tan grande que me supuso su muerte e inclusó llegué a hablarle de los chicos y la curiosa forma que tuvimos de conocernos.
-¿Y te preguntaron por Vladimir?
Me sorprendí al oír el nombre del vampiro en sus labios.
-¿Le conoces?
-Aquí en el pueblo, su historia es muy conocida.
-Ah, claro.
-¿Te apetece seguir paseando mientras hablamos?
-¡Claro!
Echamos a andar por la linde del bosque, cuando vi, a unos cuantos metros de nosotros a los chicos...Y a mi hermana.
¿Y esto? ¡Se había escapado!
Negué con la cabeza.
Menuda era mi hermanita pequeña... Por supuesto, no la delataría a papá y mamá.
Levanté el brazo y les saludé, con la esperanza de que me vieran.
-¡Mira! Ahí está mi hermana y los chicos de los que te hablé.
Ella y los chicos me devolvieron el saludo.
Todos menos Niall, que tenía las manos en los bolsillos.
Matt me agarró del brazo y tiró de mí hacia el bosque.
-¿No quieres que te los presente?
-Quizá en otra ocasión. Ahora quiero enseñarte algo.
Nos internamos en el bosque.
Él me guíaba, sin soltarme el brazo.
A mí, personalmente, no me importaba nada el contacto, aunque su mano estaba fría.
Me llevó a un prado, donde nunca había estado antes.
-¿Ves eso?-dijo, señalándome un barranco-Ese es el barranco por el que Christine se cayó en su huida de Vladimir.
-¿Cómo sabes eso?-pregunté, interesada.
Él sonrió.
-Digamos que he estudiado un poco esa historia.
-Me gusta este sitio-comenté.-Nunca había estado aquí. ¿Cómo lo descubriste?
-Buscando el barranco fue como llegué aquí. Este es el sitio donde él intentó transformarla... Y salió mal.
-Su historia es muy triste.
-Pues menudo día de historias tristes que llevamos, ¿no crees?
Asentí, levanté las manos en alto y, canturreando, me puse a dar vueltas y a bailotear, haciendo que la camiseta se me subiera un poco.
-¿Qué son esas marcas que tienes en la cadera?-preguntó.
-¿El qué? ¿Esto?-dije, dejándole ver mi cadera.
En ella podían verse dos manchas, como lunares, perfectamente alineadas.
-No sé, nací con ello.
-Muy interesante.
Y se quedó pensativo unos instantes, sonriendo.
Nos tumbamos en el césped y seguimos hablando hasta que empezó a chispear y echamos a correr hacia el pueblo, donde nos refugiamos en un bar que él decía que era muy acogedor.
Yo me tomé un café y él se decantó por una Coca Cola.
Cuando terminó de chispear, insistió en enseñarme su casa, ya que él había visto la mía.
-Ni siquiera la viste entera, no pasaste del recibidor.
-No importa.
Su casa, al igual que la mía, quedaba a las afueras del pueblo.
Era una casa enorme, muy parecida a la que tenían los chicos.
-Creo que esta casa antes era un castillo, pero se llevaron las piedras de este para hacer algunas casas del pueblo, aunque conservo alguna que otra mazmorra.
-¿En serio?
-En serio. Las uso como bodega.
-Eres un chico prático.
Eso le hizo sonreír.
Desde luego la casa conservaba un aire de castillo.
Los muebles eran antiguos aunque se veían cuidados. Tenía sillones cómodos, enormes armarios y grandes lámparas de araña.
Me enseñó también las bodegas, que estaban a rebosar de botellas de lo que supuse sería vino, porque... ¿Qué otra cosa podía tener ese color tan...? Reí. Qué imaginación la mía.
Me invitó a tomar otro café en el salón mientras me explicaba un poco la historia de la casa.
-Y hay un fantasma al que le gusta atacar a jovencitas guapas como tú.
-¿De verdad?-dije, sonriendo.
-Pero mientras estés conmigo, no tienes nada que temer. No le van los tipos feos como yo.
Reí.
-¡Pero si no eres feo en absoluto!
-¿Eso crees?
-Eso sé.
Sonrió y yo terminé de beberme el café.
-He observado que no tienes televisión.
-¡Oh! No soy mucho de nuevas tecnologías, a decir verdad. Prefiero un buen libro o escuchar algo de música. Toco el piano, entre otras cosas e incluso compongo.
-No, ¿en serio? ¿Crees que podrías tocar algo para mi?
-Claro. Subamos arriba. El piano está en una habitación que no te he enseñado.
Subimos las escaleras y llegamos a una habitación que tenía un piano enorme y más muebles antiguos.
Él se sentó frente al piano e hizo un gesto para que me sentara a su lado.
Así lo hice.
Apoyó las manos sobre las teclas y empezó a tocar, desprendiendo de estas una melodía que pronto reconocí.
-Sonata de claro de luna de Beethoven. Mi canción favorita. ¿Cómo has...?
-Llámalo intuición masculina.
Estuve mucho tiempo escuchándole tocar e incluso me enseñó unas notas a mí.
-Creo que será mejor que vuelvas a casa ya. Si estás castigada, lo mejor será no abusar mucho.
-Tienes razón.
Volvimos andando, riendo y hablando.
Llegamos a mi puerta.
-Un placer haberte conocido, Matt.
-El placer es mío.
Le di un beso en la mejilla y ya se iba cuando una pregunta me vino a la mente.
-¡Matt, un momento!
-¿Si?
-Hace unos días mi hermana y yo nos fuimos de compras y te vimos un par de veces. Nada más vernos, salías corriendo, ¿por qué?
Sonrió.
-No es fácil hablar con chicas tan guapas como vosotras, ¿sabes? Soy algo tímido. Hice un par de preguntas en el pueblo y me dijeron de quién érais hijas, así que reuní algo de valor y me acerqué a veros.
-Oh.
Siguió sonriendo.
-¿Volveremos a vernos?
-¿Acaso quieres volver a verme?
-Me encantaría.
Rió con una voz que a mí me sonó a música celestial.
-Entonces volveré otro día a ver si tu padre te levanta de nuevo el castigo.
Me guiñó el ojo y se fue.
Dios, que alguien me dijera que ese chico no era un sueño.
Abrí la puerta.
-¡Hola papá! ¡Hola mamá!
-¡Hija! ¿Qué tal con Matt?
-¡Jo, papá! Es un amor de chico.
-Esas son las clases de compañías que te convienen.
-Sí, vale. ¿Crees que podría salir otro día con él?
-¿Habéis quedado para otro día?
-Sí, si me levantas el castigo.
Mi padre se lo pensó.
-El castigo solo tiene que ver si es para salir con esos chicos. Puedes ir con Matt cuando quieras.
-¡Bien! ¡Gracias papá!-dije, abrazándole y cubriéndole de besos.
-Y toma, tu móvil. La próxima vez, llévatelo.
-¡Gracias papá!
Subí arriba más contenta que todas las cosas y entré en la habitación de mi hermana.
Esta estaba tumbada en su cama, leyendo, como hacía siempre.
Me tiré sobre la cama.
-¡Ah, Claudia, no te lo vas a creer! ¡Matt es un amor de chico! ¿Cómo pudiste decirme que me iba a tratar mal? ¡Ha sido fantástico y él ha sido muy atento! Mira, primero estuvimos hablando y después...
Le conté a mi hermana hasta el más mínimo detalle y esta iba poniendo diferentes caras según la narración iba continuando.
-¿Estás loca? ¿Se puede saber por qué le hablaste de los chicos y lo de...Lo de la mordedura del abuelo?
-Porque él merece saberlo. Si es mi amigo, puedo contarle cualquier cosa.
-¿Y qué pasa con lo que dijeron los chicos, eso de qué es... Malo y eso? ¿No te importa? ¿Crees que te lo van a decir para fastidiarte?
-No sé por qué dijeron eso, pero he comprobado que no es cierto. Quizá le tengan manía al pobre chico.
-¿Tú les ves con cara de cogerle manía a alguien como para ir diciendo cosas tan fuertes sobre él por ahí?
-No lo sé.
-¿Y sabes que Niall se enfadó cuando les dije que te habías ido con Matt? Él me dijo que no te dejara ir con él, que era por tu bien y aún así, te fuiste...
-¿Qué Niall qué? ¿Se enfadó?
-Sí. Mientras hablaba por teléfono con Harry gritó "¡¿Qué?!" cuando lo escuchó y después, de una patada, rompió la pata de una mesa y esta se rompió... Y luego, cuando salí con ellos-aquí bajó la voz-Llevaba una cara de agrio que no podía con ella y no hacía más que gruñir.
¿Niall, enfadado porque me fui con Matt? Pero... ¿Por qué? Nada tenía sentido. ¿Por qué, si todos me habían dicho que no lo hiciera, era él el único que se enfadaba de esa manera? No entendía.
-Bah, no sé, no me importa. ¿Te he dicho ya que Matt ha tocado mi canción favorita en el piano? ¡No sé cómo la ha adivinado, pero lo hizo!
-¡Chicas, a cenar!-gritó mamá desde abajo.
-¡Ya vamos!
Bajamos las dos y nos sentamos a cenar.
Le había comentado a Claudia que me habían levantado el castigo si era para salir con Matt y ella deció probar suerte.
-Papá...
-¿Hum?
-A Cris le has levantado el castigo para que pueda verse con Matt...Y si yo no veo a los chicos, ¿podría salir también?
-No, tú no que de ti no me fío.
-¿Qué?
-Sé que tu hermana no irá con ellos mientras esté con Matt, pero... ¿Y tú? ¿Qué harías sola? Irías corriendo a verles.
-¡No es cierto! ¿Es que no puedes darme un voto de confianza?
-Dame razones para confiar en ti y entonces lo haré.

¡Bueno, gente! Pues aquí estoy yo, Cris Vila Jb, con otro capítulo. He escrito hoy dos, ¿eh? Veremos si puedo escribir mañana el 10. Como véis, estoy escribiendo todo lo rápido que puedo para intentar compensaros por los días que no he estado. Y es porque os quiero aunque yo sé que vosotras sólo me queréis por la novela *Lloro* Bueno, fuera dramatismos.
Love ya.


Capítulo 8

Me desperté con gran pesar al notar que tenía un buen dolor de cabeza.
Por la noche me había costado dormir y ahora esto.
Genial, fantástico, vamos.
Me levanté y me asomé por la ventana.
Negras nubes coronaban el cielo. Era muy posible que lloviera hoy también.
¡Arg, estaba harta de tanta lluvia! ¿Qué tenía que hacer una para que le dieran un poco de sol de vez en cuando?
Estaba haciendo la cama, pensando en lo castigada que iba a estar durante vete a saber cuánto tiempo y cómo iba a sobrevivir cuando mi hermana entró por la puerta y se puso a contarme, muy rápido algo que no fui capaz de entender.
Oírla hablar así me aumentó el dolor de cabeza.
-Cris, no me estoy enterando de nada.
-Decía que ayer vi a Niall en el árbol...
-¿Ya estás otra vez con esa historia? Pero, ¿acaso no le preguntaste y él te dijo que no había estado?
-Ya, pero quizá ese día no estuviera, pero ayer sí lo estaba.
-¿Puedes probarlo?
-Sí. Salí a buscarle fuera, me mareé y me quedé tirada en el césped. Al abrir los ojos de nuevo, estaba tumbada en mi cama, tapada con la manta que estaba doblada en la silla y él estaba de pie en el alféizar. Al ver que le vi, saltó y se perdió en el bosque.
Le puse la mano en la frente.
-¡Eh! ¿Qué haces?-protestó.
-Tomarte la temperatura. Pues no, no parece que tengas fiebre.
-¡No deliro, es la verdad!
Me crucé de brazos.
Mi hermana últimamente no era mi hermana.
-Vale Cris, está bien, si tú dices que estaba, estaba y ya está.
-Lo dices para que me calle, pero en realidad no me crees.
-No es que no te crea, Cris, es que no entiendo nada de lo que nos está pasando.
Suspiré.
-Son demasiadas cosas. El extraño comportamiento de papá y mamá, los chicos, los que nos atacaron ayer... Son demasiadas cosas que, aunque pienso, no encuentro una explicación.
-Ya...
-Y para rematar, echo de menos al abuelo. Si él estuviera aquí, seguro que tendría alguna explicación... O al menos, una historia de las suyas...
-¿Y si vamos a verle? Quizá nos sintamos mejor después de eso... Y después podríamos ir a casa de los chicos y pedir explicaciones por de ayer.
-Tú lo que quieres es preguntarle a Niall si eso que dices es verdad.
-Bueno, sí, también... Pero no estaría demás alguna que otra respuesta. ¿No crees?
-Tienes razón. Pero papá y mamá no nos dejarán salir.
-¿Quién ha dicho que tengan que enterarse?-dijo, sonriendo.
Quince minutos más tarde, vestidas y arregladas en la medida de lo posible, bajábamos con ayuda de una cuerda por la ventana del cuarto de Cris.
-Esto es una locura-dije.
-¿Qué es la vida sin un poco de acción?-dijo mi hermana dejándose caer al suelo cuando sólo le quedaba un trecho corto.
Llegué al suelo yo también y echamos a andar con paso rápido, no fuera a ser que a papá le diera por mirar si estábamos en nuestras habitaciones y se encontrara con que habíamos huido.
Esto tenía que ser rápido.
No tardamos mucho en llegar y nos quedamos de pie, mirando la tumba del abuelo, la inscirpción de la lápida, la fotografía que la acompañaba...
Una lágrima empezó a caer por mi mejilla. Entonces recordé lo que el abuelo siempre nos decía "Pase lo que pase, recordad quién sois, y de dónde venís"
Pobre, con una vida tan movida y agetreada como había sido la suya, un hombre tan respetado y querido por todos, aunque mi madre le odiara un poco, cosa muy extraña ya que es su propia hija. Pero bueno, cosas de la vida supongo.
-¿No te da pena?
Cris asintió.
-Joder, aun no me lo puedo creer, mi abuelo, ese hombre que nunca ha estado enfermo, el que hace menos de dos semanas estaba contándonos historias de Vladimir y demás. Joder que hasta un dia antes de su muerte habia estado con nosotras. Y estaba perfecto. Cris, el abuelo no tenia nada, le mataron. Estoy segura. La mordedura de su muñeca… Eso debió ser lo que le mató.
-No delires, ¿qué o quién puede matarle con un simple mordisco?
Yo me encogí de hombros.
-No lo sé. Pero… todo es muy raro desde que él no está…
-Te echamos mucho de menos, abuelito. -Dijo Cris.
-Sí, Edward-Dije- ¿Porque todo esta patas Arribas desde que te fuiste? Nada encaja abuelo, sin ir más lejos ayer creímos que íbamos a morir. Todo es muy raro.
-Edward…-Repitió mi hermana.
Nunca llamábamos a mi abuelo por su nombre, pero asi se llamaba.
Edward Jones, un abuelo envidiable.
Empecé a llorar y inevitablemente me tumbé al lado de la lápida. Me sentía protegida, protegida por él. Por mi abuelo.
-Claudia… Debemos descubrir que mató al abuelo.
Rápidamente me levanté.
Cris tenia razón. 
-Quizá los tengan una explicación para eso...¿No dijo Niall algo de que trataron de protegerlo o qué sé yo? Quizá esa marca sea la clave de... Bueno, de su muerte.
-Vamos a buscarles.
Salimos del cementerio y emprendimos el camino a su casa, pasando por el bosque, usando el mismo camino que ellos usaron ayer después de... La batalla.
Llamamos al timbre y un sorprendido Louis nos abrió.
-¿Vosotras por aquí?
-En efecto, nosotras por aquí-dije, sonriendo.
-Pasar, pues.-dijo, apartándose.
Entramos y nos dirigimos al salón, donde estaban los demás, que también nos miraron con cara de sorprendidos.
-Vosotras lo que queréis es nuestra muerte-dijo Harry-Sabéis que vuestro padre no quiere vernos juntos y venís. ¿Por qué?
Esto último lo dijo con cierto dramatismo, pero como es tan malo actuando, nos reímos todos de él, olvidando que, lo que decía, en cierto modo era verdad.
-Solo queremos una explicación por lo sucedido ayer-dijo mi hermana.
-¿Y qué queréis que os expliquemos? Esos chicos a los que no conocemos nos atacaron y nos defendimos. No hay mucho más-dijo Zayn.
-Pero uno de los chicos dijo que él, alguien, nos quería vivas. ¿Quién es ese alguien?-preguntó Cris.
Ellos se miraron entre sí.
-No lo sabemos.-dijo Niall.
-Sí, no tenemos ni idea-le secundó Louis.
Nosotras no terminamos de creérnoslo, pero no insistimos más.
Nos sentamos un rato con ellos en el salón y hablamos un rato. Les conté el castigo de papá y la bronca que nos echó ayer.
Le di un codazo a mi hermana.
-¿No querías preguntarle algo a Niall?
Este, y todos, la miraron y ella se sonrojó.
Tímida era un rato, aunque a veces pudiera parecer lo contrario.
-No... Mejor otro día, otro momento, en otra vida, o cuando sea...
Nos reímos de ella.
-Creo saber lo que vas a preguntarme-dijo, mirándola-Y la respuesta es no.
Yo sabía de qué iba el tema, pero los demás no y se quedaron un poco...Confundidos.
-Me imaginaba que dirías eso, pero no te creo.
-Nos hemos perdido...-dijo Liam.
Cris y Niall se seguían mirando.
-Estuviste ahí. Lo sé. Y por mucho que lo nieges, yo sé que es verdad. No lo imaginé, no estoy loca.
-Nadie te ha dicho que lo estés.
-Pero empiezo a pensar que es cierto. No sé por qué lo niegas. Estabas en el árbol, salí a buscarte y luego me llevaste de vuelta a mi cuarto.
-¿Y cómo pude hacer eso? No sé volar y trepar por la pared contigo en brazos es prácticamente imposible.
Mi hermana fue a replicar, pero al no encontrar réplica posible se calló y se cruzó de brazos.
-Sé que lo hiciste. El cómo, no lo sé.
Niall se encogió de hombros.
-Como quieras.
Los chicos se miraban con cara de incomprensión total.
Cris se levantó.
-Será mejor que nos vayamos. Papá podría descubrir de un momento a otro que nos hemos escapado.
-Cierto. Tenemos que irnos.
Nos despedimos de los chicos y volvimos a casa a la carrera.
Subimos por la cuerda, la recogimos, nos pusimos ropa cómoda y aquí no había pasado nada.
Mi hermana no decía nada, pero su rostro me lo decía todo.
Estaba enfadada conmigo por no creerla, con los chicos por no entender nada y con Niall, por negarlo todo.
Bajamos a comer.
-Así me gusta-dijo nuestro padre-Que cumpláis con vuestro castigo como tiene que ser. Sin salir.
-Sí, papá, vale.
Recogimos la mesa, fregamos los platos y subimos de nuevo a nuestros cuartos.
Cris dio un portazo al entrar en su habitación y acto seguido oí como ponía la música a todo volumen.
Definitivamente, estaba enfadada.
Cogí un libro que tenía a medio leer y me tumbé en la cama.
Unas cuantas horas después, llamaron al timbre.
Por curiosidad, me asomé a la escalera a ver quién era y el alma se me cayó a los pies cuando vi al chico de las pizzas en la puerta, hablando tranquilamente con mi padre.
¿Qué haría aquí?
Mi padre se dio cuenta entonces de mi presencia.
-¡Ah, Claudia! ¿Conoces a Matt?
-Nos hemos visto alguna vez, pero no hemos llegado a hablar.-dijo él.
¿Matt? ¿Así se llamaba? No era un nombre que le pegara mucho, a decir verdad.
Mi padre me hizo bajar y darle dos besos.
"No trata demasiado bien a las mujeres, no sé si me entiendes... Es mejor que no os acerquéis a él".
Recordé entonces que Niall nos había avisado sobre él y que prometí avisarle a mi hermana... Pero no lo había hecho.
-Vive en el pueblo. Sus padres eran buenos amigos míos.-explicó mi padre.
-Ah.-dije.
-¿Conoces a Cristina, mi otra hija?-le preguntó entonces mi padre.
-La he visto también alguna vez, pero no hemos hablado nunca.
-Ve a buscarla, anda-me dijo mi padre.
Suspiré y subí.
Aporreé su puerta, pero no debió de oírme por la música, así que entré y me la encontré tirada en la cama, dibujando.
-Papá dice que bajes, que quiere presentarte a alguien.
-Joder, vale, ya bajo.
Puso la música en pausa y salió.
Cuando bajábamos las escaleras vio quién era el chico y me agarró.
-¡Ah, Claudia! ¡Es él, es él, es él! ¿Qué hace aquí? ¿Qué quiere?
-Ah, no sé, suéltame el brazo, me haces daño...
Me soltó y bajó corriendo lo que le quedaba de escalera.
¿Dónde había quedado el monumental enfado que tenía?
Me froté el brazo dolorido mientras negaba con la cabeza.
Mi hermana nunca tendría remedio.
Se presentaron y se dieron dos besos.
Mi padre volvió a explicarle lo mismo que a mí y ella no le quitaba los ojos de encima.
-¿Te apetecería dar una vuelta?-le preguntó él entonces.
Eso la hizo sonreír más y miró a papá.
-¿Puedo, papá?
-Bueno, creo que puedo hacer la vista gorda por un día, después de todo, vas con Matt... Vale, puedes ir.
-¡Bien! Dame un momento, me cambiaré de ropa.
Subió corriendo a su cuarto y cerró la puerta tras de sí.
¡Tenía que avisarla! Se lo prometí a Niall y si algo malo le ocurría, no podría perdonámelo.
-¿Cris? ¿Puedo hablar contigo un momento?
-¡Un segundo, ya salgo!
Abrió la puerta e iba vestida así:
                        


  -¿Qué quieres decirme?
-Mira, verás... Los chicos me dijeron ayer que ese chico... No es el más indicado para... No trata muy bien a las chicas y...
-Bueno, cuando vuelva, te diré si me ha tratado bien, ¿vale?
Me dio un beso en la mejilla y bajó corriendo las escaleras.
-¡Adiós!
Y ella y Matt desaparecieron por la puerta.
Me senté en la escalera.
No había podido evitar que se fuera con él.
Maldita sea.
-Claudia, tu madre y yo vamos a salir. Tú de salir ni hablar, ya lo sabes. Estaremos aquí antes de las nueve.
-Sí, papá.
Subí a mi cuarto y, como me aburría, llamé a Harry, quitándole el móvil a mi madre, que, gracias a Dios, siempre se dejaba en casa.
-Eh, Harry. ¿Qué tal?
-Aquí estoy, jugando al Fifa con Zayn, ¿y tú? ¿Qué tal?
-Aburrida mortalmente.
-¿Y eso? ¿Y tu hermana?
-Se ha ido.
-¿Qué se ha ido? ¿Adónde? ¿Pero no estábais castigadas?
-Se ha ido con el chico ese que dijistéis que...El de las pizzas, vamos.
Harry se quedó en silencio.
-Voy a decírselo a los demás, un momento.
Escuché unos murmullos y un sonoro "¡¿Qué?!" que por la entonación y el fuerte acento diría que fue Niall y luego Harry volvió a coger el teléfono.
-¿Cómo dejaste que se fuera con él?
-Intenté que no lo hiciera, pero ella no hizo caso...¿Qué ha sido eso?
-Oh, Niall le ha dado una patada a la pata de la mesa, esta se ha roto y se ha caído todo lo de la mesa, pero en fin... Lo hecho, hecho está.
-¿Le pasará algo?
-No creo... Pero por si acaso, será mejor que no salga más veces con él. ¿Y de ti? ¿Qué hay?
-Aburrida, ya te lo he dicho. Mis padres se han ido y a Cris le han levantado el castigo para salir con Matt...
-¿Matt?
-Así se llama el chico de las pizzas.
-Oh... Sí, claro, claro. Matt, tienes razón. ¿Y por qué no te vienes con nosotros?
-¿Estás loco? Si mi padre se entera, nos mata a todos.
-Es un riesgo que tendremos que correr. Venga, va, vente.
-Mis padres han dicho que volverían antes de las nueve...
-Pues estarás en casa antes de esa hora, ¿qué problema hay?
-¡Bueno vale, está bien!
-Te vamos a buscar nosotros y así damos una vuelta, que llevamos todo el día encerrados en casa.
-Como queráis, aquí espero.
-¡Hasta ahora entonces!
-¡Adiós!
Corrí a mi armario y me puse esto:

Después esperé pacientemente a que los chicos llegaran.
No tuve que esperar mucho.
-Siento que, al hacer esto, estamos jugando con la muerte-dijo Zayn, haciéndonos reír.
Echamos a andar por el bosque para ir al pueblo.
Niall iba con una cara de agrio que no podía con ella.
-¿Qué le pasa?-le pregunté a Harry, que era el que caminaba a mi lado.
Noté que, cuando balanceaba el brazo al caminar, fruncía el cejo.
-¿A Niall? No sé... Lleva con esa cara desde que nos has dicho que Matt se ha ido con Cris.
-¿Qué? ¿Por qué?
Se encogió de hombros.
-Sus razones tendrá, supongo.
-¿Y a ti qué te pasa en el brazo? ¿Te duele?
-Sí, un poco, ayer caí sobre él... Pero no te preocupes, no es nada.
Llegamos al pueblo y echamos a andar por sus calles.
Me reí bastante cuando Louis corrió a espantar a una bandada de palomas que estaban posadas en el suelo de la plaza.
Cuando estas empezaron a atacarle, Harry y yo negamos con la cabeza, Zayn corrió en su ayuda, Liam les sacó una foto y Niall... Seguía igual de agrio que siempre.
-Flashback Niall-
-¿Se puede saber a qué ha venido el numerito ese de Cris y tú?-preguntó Zayn.
-Déjalo, ¿quieres?
-Sí, Niall. Nos has dejado con la intriga-dijo Liam.
Suspiré.
-Ella tiene razón. Ya sabéis que ayer estuve montando guardia en el árbol. Ella me vio y salió a buscarme.
-¿Por qué hizo eso?-preguntó Louis.
-No lo sé, yo no estoy en su cabeza.
-Bueno, ¿y qué pasó? ¡Sigue contando!-me apremió Liam.
-Me escondí para que no me viera y se pensara que había visto mal, pero ella me llamaba y no se iba... Finalmente se calló y vi que estaba tirada en el césped, empapándose. ¿Qué queríais que hiciera? La cogí en brazos y de un salto, entré en su cuarto, la dejé en su cama, la tapé y me fui.
-Pero ella dijo que te vio.-añadió Harry.
-Cuando ya tenía puesto un pie en el alféizar, ella abrió los ojos y me vio. Me fui lo más rápido que pude, pero ya me había visto.
-¿Y por qué no le dices que es cierto, que en verdad eso pasó?-dijo Liam.
-Porque... ¿Cómo le dices que eso es cierto sin que le expliques la verdad de cómo pude hacerlo? Ninguna persona normal da un salto de tres metros y entra por una ventana. Aceptarlo sería... Como confesarle la verdad. Y prometimos no hacerlo.
-Fin flashback Niall-
-¡Louis, tío! ¡No vuelvas a molestar a las palomas nunca más!-dijo Zayn, mientras se limpiaba con un pañuelo que yo le había dado la cagarruta de una paloma que tenía en el hombro.
-Ha sido una accidente, Zayn, Kevin no quería hacerlo, pero te pusiste en medio...
Seguimos andando por las calles del pueblo.
Iba un poco nerviosa.
No sabía adónde habían ido mis padres y si me los iba a encontrar.
Entonces, Niall bufó.
Seguimos con la mirada donde estaba mirando y nos sorprendimos al ver a mi hermana, junto con Matt, a unos doscientos metros.
Esta nos saludaba con la mano y nosotros hicimos lo mismo, aunque detecté que los chicos no sonreían en absoluto.
Matt, al vernos, agarró a mi hermana de brazo y empezó a tirar de ella, llevándola hacia el bosque.
Niall quiso ir detrás, pero Liam le agarró del hombro.
Cuando este se giró para mirarle, Liam negó con la cabeza.
Niall volvió a bufar, se dio media vuelta y echó a andar.
Nosotros, confundidos, echamos a andar tras él.
Estaba un tanto preocupada.
¿Por qué había reaccionado Matt así? ¿Y la reacción de Niall?
No entendía nada y las cosas que no entendía no hacían más que aumentar y aumentar.
Empezó a chispear, así que nos metimos en un bar.
Nos tomamos unas cuantas Coca Colas y después, cuando paró de chispear, salimos de nuevo y nos sentamos en unos bancos de la plaza.
La tarde se me pasó volando y antes de darnos cuenta, ya eran las nueve menos diez y tuvimos que andar deprisa, casi corriendo, para llegar a mi casa.
Cuando llegamos, el coche de mis padres hacía acto de presencia.
-¡Dios mío, que ya han llegado!-exclamé y pensé rápido.-¡Corred, a la parte de atrás!
Corrimos hacia la parte trasera y vi que, en efecto, mi hermana había dejado la gran ventana de su cuarto abierta. ¿Para que Niall se colara por ella otra vez? Quién sabe.
-¡Corred! Tenéis que auparme hasta la ventana.
-¿Y cómo hacemos eso?
-¡Rápido, no hay tiempo!
Harry se inclinó y yo me senté sobre sus hombros, Louis aupó a Harry y Zayn aupó a este último.
Mis manos rozaron el alfeizar.
-¡Solo un poco más!-dije.
Niall suspiró, agarró a Zayn por las rodillas y lo levantó.
Gracias a eso, agarré el alféizar y pude colarme dentro.
-¡Gracias!-dije, despidiéndome con la mano y echando a correr a mi cuarto.
Cuando entré en mi cuarto y cerré la puerta tras de mí oí que se cerraba la puerta de la calle.
-¡Claudia! ¿Estás en casa?
-¡Sí!
Me cambié a toda prisa, guardé la ropa, cogí el libro y me tumbé en la cama.
Cuando mi padre abrió la puerta, me encontró leyendo en la cama.
-¿Tu hermana aún no ha venido?
-No.
-Debería haberse llevado el móvil, aunque estando con Matt, no creo que le pase nada malo...
Pues eso no es lo que a mí me han dicho, papá.

¡Buenas a todas! Soy Cris, ya sabéis. Si, diréis "¿pero este capítulo no le tocaba a Claudia?" y en efecto, le tocaba escribirlo a ella, pero no ha podido y no podrá en unos días, así que yo me encargaré tanto de subir los míos como los suyos (?) Lamento haberme ido tanto tiempo (creerme, en verdad lo lamento) y que espero que os guste el capítulo. Hoy por la noche o mañana, confio en tener el 9. Besos (;





viernes, 3 de agosto de 2012

Capítulo 7

(Como sugerencia de la escritora de este capítulo, digo que mientras leen este capitulo, si hacen el favor, escuchen mientras tanto As long as you love de Justin Bieber. Es muy importante, ya que es la banda sonora de este capítulo, ya que es la única canción que escuché mientras lo escribía y tiene mucho que ver la letra con este capítulo)
 
Salimos a la puerta.
Corría un viento frío y el ambiente olía a tormenta.
La cabeza me daba vueltas, pero el viento me despejó un poco.
¿Por qué lo había hecho?
¿Por qué le había besado?
Ahora él me odiaría, estaba segura, o querría matarme de nuevo.
¡Estúpido alcohol!
Recordé la manera en la que él me había apartado, cómo me miró.
Fruncí el ceño.
Ahora tenía una razón para matarme, desde luego.
-Bueno, ¿nos vamos?-dijo Louis, saliendo por la puerta y casi chocándose con ella.
No sabía cómo íbamos a llegar a casa si estábamos todos pedo.
Salimos del porche mientras oí a Harry cerrar la puerta con llave.
Entonces Liam, Niall y Zayn se alteraron.
-Creo que será mejor que volvamos a casa-dijo Zayn.
-¿Qué? ¿Por qué?-protestó mi hermana.
-Entremos de nuevo en casa-dijo Liam.
Quisimos retroceder, pero entonces, como salidos de la nada, tres chicos adolescentes aparecieron.
Los tres eran altos y esbeltos, aunque fuertes.
Su piel, pálida y sus ojos fríos.
Dos de ellos eran de un rubio casi blanco, el otro tenía el pelo negro.
Sonrieron.
-Louis, Harry-dijo Niall-Llevároslas de aquí. ¡Ya!
Los chicos saltaron sobre nosotras, pero Niall y Liam fueron más rápidos y se pusieron delante.
Sentí un mano que tiraba de mi brazo.
-¡Vamos Cris, vamos!
Me dejé arrastrar por Harry.
Le miré y después miré a mi hermana, que corría delante, empujada por Louis.
Ambos corrían balanceándose.
¿Por qué tuvimos que beber tanto?
¿Y quiénes eran esos chicos? ¿Por qué nos atacaban?
Me giré a tiempo de ver a Niall salir volando y chocarse contra el coche.
La alarma saltó.
Liam no tardó en salir volando y reunirse con él, dado que cayó encima.
Grité y me detuve en seco.
Tiré de Harry.
-¡Tenemos que volver! ¡No podemos dejarles solos!
Harry tiró de mí.
-¡Tenemos que irnos!
-¡No!
Me pasó el brazo por los hombros y tiró de mí, obligándome a correr.
Me giré de nuevo.
Niall y Liam se levantaban del suelo y volvían a la carga.
¿Cómo era posible que pudieran tener esa fuerza, esa vitalidad, esa velocidad?
No entendía nada y sentía que la cabeza me iba a explotar de un momento a otro.
Entonces les perdí de vista, no sin antes ver a Liam que salía en ayuda de Zayn sujetado por los dos rubios.
Por delante de nosotros, Claudia se tropezó y ella y Louis cayeron al suelo.
Harry y yo, cada uno por un lado, nos agachamos y les ayudamos a levantarse, después, seguimos corriendo.
Harry se comió el tronco de un árbol y nos empezó a entrar la risa tonta.
Dios, prometo no volver a beber en mi vida si todos salimos con vida de esta.
Por favor, no dejes que nada malo le pase a Liam, Niall y Zayn.
Seguimos corriendo, aunque empezábamos a cansarnos y yo tenía un mareo que no podía con él.
Entonces, como caídos del cielo, aparecieron dos chicos más, que nos cortaron el paso.
Esta vez eran los dos castaños, aunque eran igual de pálidos y esbeltos que sus otros amigos.
El que estaba más cerca alargó una mano y aferró a mi hermana.
Ella protestó y empezó a pegarle con el bolso a Louis.
Harry se tiró contra el chico que la sujetaba e intentó hacer que la soltara, mas el chico que estaba al lado lo agarró y, sin ningún tipo de esfuerzo, lo lanzó volando por los aires.
Louis y yo seguimos la trayectoria que hizo al volar.
Se dio una buena torta contra el suelo.
Louis, con algún grito de guerra extraño, se lanzó contra este último, pero este esquivaba sus puñetazos con una facilidad asombrosa. Mi hermana ahora le pegaba bolsazos a su secuestrador, bien, parece que había acertado con el objetivo.
Yo corrí al lado de Harry.
-¿Estás bien?-dije, dejándome caer a su lado.
Este se incorporó.
-Sí. Quédate aquí, ¿vale?
Se levantó y fue a ayudar a Louis, que ahora rodaba por el suelo de una patada que le había propinado el chico.
Este le agarró del cuello y le levantó del suelo.
-¡Eh!-dije, cabreada.
Me levanté y fui, con una mala ostia impresionante, hacia el chico que sujetaba a Harry.
-¡Bájale inmedianatemente! ¡¿Me oyes?! ¡Y tú! ¡Suelta a mi hermana!
El chico que sujetaba a Harry sonrió, lo levantó y poco más del suelo y lo dejó caer encima de mí.
Grité al sentir todo el peso de Harry sobre mí.
-¡Estúpido!-le gritó el que sujetaba a mi hermana-¡Casi la matas y él la quiere viva!
Tuvo que callarse porque Louis se tiró sobre él y este, de la sorpresa, soltó a mi hermana, que cayó sobre Harry y, por tanto, sobre mí.
Grité de nuevo al sentir más peso sobre mí.
Me estaban aplastando.
El que me había tirado a Harry encima me cogió del brazo y, como si yo no pesara nada en absoluto, me levantó del suelo y, por tanto, de encima de Harry y mi hermana.
Y me dejó así, colgando.
-Coje a la otra y vámonos-le dijo el otro chico, que se había deshecho de Louis con facilidad.
Se inclinó para agarrar a mi hermana, pero yo le di una patada.
-¡Tú a mi hermana no le tocas! ¿Me entiendes?
El chico se rió y me zarandeó con fuerza.
¡Dios, mi cabeza! ¡Qué dolor!
Harry se levantó con esfuerzo, pero volvió a salir volando por culpa de un empujó propinado por el otro.
Harry estaba tirado en el suelo, Louis intentaba ponerse en pie, mi hermana a duras penas podía levantarse y yo estaba colgando de mi brazo.
¿Qué podíamos hacer?
Intentando hacer caso omiso al dolor de mi cabeza, puse ambas pies en el pecho del chico y me di impulso.
Este no se esperaba algo así, así que me soltó y caí al suelo.
Eché a rodar un poco, para alejarme de ellos y me quedé tumbada en la hierba, mirando el negro cielo.
Me incorporé un poco, apoyando los codos, justo a tiempo de ver como uno de ellos se agachaba, cogía a Claudia y se la echaba al hombro.
Louis intentó evitarlo, pero el pobre no podía mantenerse en pie.
Harry estaba tumbado unos metros a mi lado y hacía ademán de levantarse, pero no podía.
Normal, de las leches que se había llevado, a mí lo que me extrañana es que siguiera respirando.
Volví la vista hacia los dos chicos.
-Cógela-le ordenó el que tenía a mi hermana a el otro.
Este sonrió y se lanzó contra mí.
Grité, al ver en sus ojos las mismas ganas de matarme que vi en los de Niall la primera vez.
Justo cuando creía que se lanzaría, justo cuando creía que lo iba a tener encima de mí, justo cuando todo esto fue cierto, alguien pasó por encima muy rápido y lo alejó de una patada.
El chico rodó por el suelo y se levantó de un salto.
Miré la espalda de mi salvador, ya que estaba delante de mí.
Mi mareo no me permitía acordarme de quién era, ¿a quién pertenecía esa ropa? ¿Y esas zapatillas? ¿Cómo se llamaba la marca?
El chico se giró.
Y, aunque no recordaba su ropa, sí recordé quién era al ver sus ojos azules.
Niall.
-Estás bien-dije, al verle.
Me miró por unos segundos más.
-¿Y tú?-preguntó.
Iba a responderle cuando el chico se acercó a una rápidez vertiginosa.
-¡Cuidado!-grité, avisándole.
Niall se giró, se lanzó contra él y ambos rodaron por el suelo.
Sentí unos brazos fuertes que pasaban por debajo de los brazos y me incorporaban.
-¿Estás bien?-preguntó Liam.
Me apoyé en él, echándome mano a la cabeza.
-Sí, eso creo... ¿Y los demás?
-Estamos todos bien.
Los dos volvimos la vista a la pelea, mientras me dejaba caer al suelo y apoyaba la espalda en un árbol.
Niall le estaba dando para el pelo al chico que me había atacado, mientras que el otro retrocedía ante la mirada de Zayn.
Niall lanzó al chico lejos de él y este cayó cerca de su amigo, que lo agarró, levantándolo del suelo.
-Vámonos.
Y ambos desaparecieron entre los árboles.
Liam ya no estaba a mi lado, sino con Harry, que seguía tirado en el suelo.
Cerré los ojos, deseando que el mareo se me pasara pronto.
Zayn recogió a mi hermana del suelo.
-¿Estás bien, Claudia?-dijo, intentando incorporarla.
-He estado mejor, créeme.
Rió.
Niall se había dejado caer al lado de Louis.
-¿Qué pasó?
-Salieron de la nada y, bueno... Ya has visto lo demás.
-Si es que no se os puede dejar solos, Lou.
-Anda y cállate, ¿vale?-dijo, riendo.
Le ayudó a levantarse y vinieron con nosotros.
-Tenemos que llevarlas a casa-dijo Liam.-Pero están... No muy bien.
Yo seguía mareada en el árbol, con el punzante dolor de cabeza y mi hermana no se mantenía casi en pie si no fuera porque Zayn la sujetaba.
-¿Y a ella qué le pasa?-dijo Niall, señalándome con la cabeza.
-Ha sido quién más golpes se ha llevado de las dos.-dijo Liam.
-Sí... Le caí encima.-dijo Harry, que seguía apoyado en Liam.
El dolor de la cabeza me había hecho olvidar un poco que estaba dolorida por aquello, por el aterrizaje forzoso de Harry y mi hermana sobre mí.
Niall se puso a refunfuñar por lo bajo y se quitó el brazo de Louis que tenía en los hombros, para ayudarle a andar.
-Toma Liam, llévales tú.
Liam agarró a Harry y a Louis.
-Zayn, ¿crees que puedes llevar tú a Claudia?-preguntó Niall.
-Claro.
Este, con cuidado, cogió a mi hermana en brazos.
¿Eso significaba que él me llevaría a mí?
Apoyó una rodilla en el suelo, a mi lado y pasó sus brazos por mi espalda y por detrás de mis rodillas y, con cuidado, se levantó sin problemas, como si yo pesara menos que una pluma.
Notaba sus brazos fríos pero no le di importancia.
-Vámonos-dijo, echando a andar conmigo en brazos.
La cabeza me iba a explotar, me dolía el pecho por la presión antes ejercida de los cuerpos de Harry y mi hermana y estaba mortalmente cansada, pero disfrutaba, en la medida de lo posible, del dulce balanceo que hacía Niall al caminar.
Abrí los ojos y le miré.
Sus fríos ojos azules seguían mirando al frente.
Me cayó una gota en el ojo.
-Au-me quejé.
Sus ojos bajaron y me miraron.
Vio que no me pasaba nada y volvieron a su anterior posición.
Comenzó a llover.
Una densa cortina de agua caía sobre nosotros, pero ellos no se alteraban, seguían caminando como si nada.
Giré la cabeza y divisé mi casa.
Había luz en ella.
Oh, no.
Papá y mamá ya estaban en casa.
Se acercaron y, cuando casi habíamos alcanzado la puerta de casa, papá salió.
-¡Dejad a mis hijas inmediatamente en el suelo!-ordenó, muy enfadado.
Niall y Zayn le hicieron caso.
-¡Vosotras dos venid aquí ahora mismo!
Nos hizo ir tras él.
-¿Cómo tenemos que deciros que no os acerquéis a nuestras hijas? ¡¿Eh?! ¡¿Cómo tengo que decíroslo?!
-Lo prometimos.-dijo Niall.
-¡Esa promesa ya no vale nada!
Nuestro padre estaba verdederamente enfadado.
-Sé que clase de personas sois, sé lo que hacéis, es más, sé qué sois. Y no quiero que mis hijas se relacionen con gente como vosotros.
-You don´t know us. (Tú no nos conoces)-le respondió Niall.
(Tenía que decirlo como en el vídeo de As long as you love. Tuve que hacerlo. Matadme si queréis, pero tenía que hacerlo LLN)
-¡Tampoco quiero hacerlo! Aléjáos de ellas. ¿Me oís?
Se quedó en silencio, con las manos apretadas, esperando la respuesta.
Llovía más fuerte y todos estábamos empapados.
-¿O qué?
-Os mataré.
Dicho esto, se dio la vuelta, nos cogió a las dos del brazo y nos metió a casa.
Dentro, nos cayó la mayor bronca de nuestras vidas.
Pensé que el techo se nos caería encima de lo fuertes que eran los gritos de papá.
Nos castigó de todas las maneras que se le ocurrieron.
No televisión, no móvil, no salir, no compras, no paga, no nada.
Cada una nos fuimos a nuestro cuarto.
Queríamos hablar de lo que había pasado hoy, ya que ninguna entendíamos nada, pero sabíamos que no era el momento adecuado para ello y además, teníamos el cuerpo hecho polvo y mi mareo aún no se había ido.
Me tumbé en la cama e intenté dormir, pero no pude.
Recordaba la pelea, el chico guapo de las pizzas, Niall volando chocándose contra el coche, el chico guapo de las pizzas saliendo corriendo de la tienda cuando entramos Claudia y yo, Liam cogiéndome del suelo, el repartidor muy mono con su gorra y su uniforme, Harry estrellándose contra mí, el repartidor huyendo, la pelea, el zarandeo que me dio ese chico, Niall llevándome en brazos...
Suspiré.
Estaba claro que no podía dormirme con todos esos recuerdos en mi cabeza, aunque en realidad estaba muy cansada y tenía bastante sueño.
Me senté en el alféizar de la ventana.
¿Cómo podía llover tanto en este pueblo?
Miré el bosque, cómo las enormes gotas de lluvia y el viento hacían agitarse sus ramas, provocando una melodía que me encantaba.
Rayo, trueno. Rayo, trueno. Rayo, trueno.
Y entonces le vi.
En el árbol donde le vi la primera vez, en la misma postura, mirando hacia la ventana.
Niall.
Abrí la ventana y saqué la cabeza.
¡Era él, no había ninguna duda!
Quise gritar su nombre, pero eso a lo mejor despertaría a mis padres, tampoco tenía nada al alcance que poder tirarle.
Con cuidado, salí de mi habitación y bajé abajo.
Abrí la ventana por la que horas antes salí con mi hermana y salí afuera.
Si papá me pillaba, me mataría, lo sabía, pero yo quería cercionarme de que verdaderamente Niall estaba en ese árbol.
Corriendo por el césped que rodeaba la casa, el cuál estaba muy húmedo, corrí hacia la parte de atrás y fui hacia el árbol donde la había visto.
Diluviaba y, por segunda vez, me estaba empapando.
-¿Niall? ¡Niall! ¡Niall, sé que estás ahí!
-Niall-
Decidí vigilarlas por la noche.
Habían pasado tantas cosas en tan poco tiempo y más lo que había ocurrido hoy... Habíamos estado a punto de romper nuestra promesa.
No podíamos hacer eso, se lo juramos.
Y lo íbamos a hacer.
Mientras los demás volvían a la casa, yo me dirigí al árbol donde solía montar guardia y me subí a él.
Llovía bastante, pero no me importaba mojarme.
Ya no sentía ese tipo de sensaciones, el de estar mojado y a disgusto y eso. Ya no.
Miré por la ventana.
Cris tenía la luz encendida.
Me pasé la mano por el pelo empapado.
Pobre chica. Quizá me había pasado al apartarla de aquella manera cuando me besó.
No sabía lo que hacía, iba un poco bebida.
Pero fue por su bien, si no llego a hacerlo a tiempo... Quizá hubiera perdido el control.
Y eso no sería bueno para nadie.
La luz se apagó, así que supuse que se habría ido a dormir.
Me quedé en el árbol, vigilando, mientras pensaba en lo que había ocurrido esa noche.
"Estás bien".
Sonreí.
Creo que era la primera persona que realmente se alegraba de verme bien.
¡Oh, demonios! ¿Qué estaba pensando? Demasiada agua de lluvia empapándome en el día de hoy.
Pasado un tiempo, la ventana se abrió y vi que ella se asomaba.
¿Qué hacía?
Se apartó de la ventana y unos minutos después se acercaba corriendo a donde yo estaba.
¡Oh, mierda, tenía que esconderme!
-¿Niall? ¡Niall! ¡Niall, sé que estás ahí!
Oh, me llamaba.
Pero no podía ir.
No puedo.
Como fuera, quizá esta vez no podría controlarme.
Ahora estábamos solos.
No habría un Zayn que me dijera que me calmara ni un Liam que lo evitara.
No, sabía que no podría controlarme ahora.
-¡Niall! ¡No te escondas! Sé que estás ahí...
Saqué un poco la cabeza y la miré.
Se había tumbado en el suelo y ahí estaba tirada.
Pero, ¿qué leches hacía?
Seguro que lo hacía para que bajara y saliera.
Recordé que estaba mareada.
Bah, seguro que era una trampa para que saliera.
El tiempo pasaba... Y ella no se movía.
¡Oh, joder!
Me dejé caer y me agaché a su lado.
Volví a tener los ojos cerrados.
¿Estaría dormida?
Igualmente, no podía dejarla ahí.
La cogí de nuevo en brazos y, con facilidad, subí a su cuarto, donde había dejado la ventana abierta.
La dejé en un cama.
Estaba empapada, pero yo ante eso no podía hacer mucho.
La tapé bien con las sábanas e incluso cogí una manta que tenía encima de una silla y se la eché también por encima.
Sí, así creo que no pasaría frío.
Apoyé un pie en el alféizar, mientras la miraba.
-End-
Abrí los ojos un poco y me pareció ver a Niall, de pie, apoyando en la ventana.
Él, al ver que le había visto, saltó.
Parpadeé con fuerza y abrí los ojos.
Me levanté y me asomé a la ventana.
No vi a nadie fuera.
Volví a la cama.
Estaba empapada, por lo que sí que había salido fuera a buscarle... Y él me había traído de vuelta, pero, ¿cómo?