lunes, 18 de junio de 2012

Prólogo


Prólogo

-Abuelo, ¡ya estamos aquí!
Cris y yo entramos gritando por la puerta de casa del abuelo, hacia como una semana que no íbamos, y se echaban de menos las historias sobre vampiros y cosas similares del abuelo. Lleva contándonos historias así desde que nacimos, se podría decir, que hemos vivido con ello.
-¿Qué os he dicho de venir solas?
Dijo, mirando con entusiasmo tras la ventana. Últimamente, cuando veníamos, siempre hacia lo mismo, siempre estaba mirando por la ventana, con preocupación.
-Abuelo… somos mayores-Replicó Cris
-Nunca se es bastante mayor para andar a solas por estos bosques, no son nada seguros, niñas.
Nos revolvió el pelo a ambas, como siempre hacia y nosotras resoplamos, el abuelo rió. A sus 90 años, era un hombre apuesto, que siempre estaba de buen humor. Pero desde que murió la abuela, había estado algo mas… raro.
-¿Hoy nos contarás alguna de tus historias, abuelo?
Dije yo, con entusiasmo. Adoraba las historias del abuelo, sin duda, eran de lo mas entretenidas, e irreales.
-Solo si vosotras queréis.
Ambas asentimos entusiasmadas, el abuelo se levantó del sillón, emitiendo un sonido, molesto, para los oídos. Ese sillón de cuero negro, y viejo, que tenia mi abuelo en el salón, no me traía buenos recuerdos. Recuerdo, que, de pequeña, con tan solo unos seis años, me puse sobre ese sillón, y… empecé a bailar, total, que se me enganchó el pié. Vete tú a saber dónde, y me caí, me di en la cabeza, y me pusieron grapas. No he sido un angelito, que digamos.
El abuelo se acercó a la ventana, mirando a través de ella, como solía hacer. Pero esta vez se quedó un poco más de tiempo de lo normal, simplemente, mirando hacia el bosque.
Cris me miró y se encogió de hombros.
-Abuelo, ¿Qué haces? -Preguntó
El abuelo desvió su mirada de aquella ventana, era un dia de viento, de mucho viento. Se acercó a nosotras, serio.
-Miraba, vigilaba si había algún vampiro ahí fuera, dispuesto a comerse a las mejores nietas del universo -Bromeó, nosotras reimos- Voy a por unos ajos, no tardo.
El abuelo salió del salón, y Cris y yo nos quedamos allí, sentadas, al lado de la hoguera, que no venia nada mal. Ya que era invierno, y hacia frio. Me levanté, y fui a la cocina, junto a mi abuelo.
-Dile a Cris que venga, rápido -Me ordenó
Así lo hice, volví al salón, pero Cris no estaba. ¿Dónde se había metido?
-Abuelo, Cris, no está-Dije
Mi abuelo se giró, mirándome con los ojos abiertos como platos, tras esas gafas típicas de hombre mayor que todos los abuelos del mundo tienen.
-Ve a buscarla.
Salí de la cocina y volví al salón, había un poco de sangre en la alfombra, me asusté. Me asusté mucho.
-¡Cris! -Grité
-¡Estoy aquí!
El baño, su voz venia del baño. Entré corriendo y la vi, limpiándose la mano bajo el grifo.
-¡Que susto!
-¿Por qué? Solo es que me corté con una hoja, nada mas.
Solté una risilla, no se podía ser más tonta, no se podía. Volvimos ambas al salón, donde el abuelo ya había colocado ajos por todas las ventanas posibles.
-¿Dónde estabas, hija?
Cris rie y nos sentamos ambas en el mismo sitio de antes, junto a la hoguera, con las piernas a lo indio, frente a nuestro abuelo, que se acomodaba en el sillón. Dispuesto a empezar otra de sus historias.
-Pues veréis, niñas -Empezó- Esta es la historia, la más horripilante que vais a oír en toda vuestra vida. Todo empezó hace muchos, muchos años atrás, aquí mismo, en el bosque. Vladirmir , el primer vampiro de la historia, del que ya os he hablado antes.
-¿El que mató a el campesino que no quiso darle sus gallinas? -Preguntó Cris
-Ese mismo, pues él fue el que empezó todo, aquí. Empezó una de las hermandades de vampiros más grandes, y se convirtió en un hombre, respetado por todos. Tenia a los campesinos en su mano, y el rey, el rey no decía nada, por miedo a que le matara. Entonces, un dia de luna llena-Miró por la ventana- Como el de hoy, o peor. El hombre salió de su cueva, por la noche, a la caza. Atravesó este bosque, que entonces, tenia muchísimos más arboles, y era mucho más complicado atravesarlo de lo que es ahora. -Mi abuelo paró un momento y suspiró- Entonces, se cruzó con la princesa, y se enamoró de ella, sin pensarlo dos veces, la siguió. La chica, muy asustada, empezó a correr, con tan mala suerte, que cayó por un barranco que había cerca de su casa. Él, corrió todo lo que pudo hacia aquel lugar y logró cogerla.
-Que terrorífico -Bromeé
-Shh -Dijo mi abuelo sonriendo, pero pronto se volvió serio otra vez- Y la chica, estaba toda llena de rasguños, y sangre por todas partes, el intentó controlarse, y al principio pareció controlarse.
-Esto empieza a ser emocionante -Dijo Cris
-No me interrumpáis más, niñas-Dijo mi abuelo, de repente, se oyó un ruido extraño, en la planta de arriba. Cris dio un salto y se tiró encima mia. Ambas teníamos muchísimo miedo. -No os preocupéis, iré a ver que es -Dijo mi abuelo poniéndose en pie
Salió del salón, cerrando la puerta a sus espaldas.
-Cris, tengo miedo -Dije abrazandola
-Yo también Clau-Respondió
Poco después oímos una risilla, esa risilla de mi abuelo. Entró en el salón y se volvió a sentar en el sillón. Emitiendo ese extraño sonido, otra vez.
-Era solo el gato -Cris y yo nos miramos, avergonzadas- Entonces, el chico se enamoró, estuvieron quedando varios días. Pero ella solamente quería ser su amiga. Y desde entonces, todos los chicos que veía demasiado cerca de Christine, morían atacados por una bestia que nadie sabia que era. En efecto, era él, que por la noche, los mataba a todos ellos. Al principio, creyó que podría con ello, que solo mataría a los que se le acercaban, pero con el tiempo no podía controlarse. Necesitaba una dosis muy grande de sangre, dia a dia -Mi abuelo estaba serio, mas serio de lo normal, cuando nos cuenta sus historias.- Y terminó por matar a medio pueblo. Al final, la chica terminó por enamorarse de él, pero cada vez que estaban juntos, el intentaba morderla, pero al final, terminaba por resistirse. -Se volvió a pausar.
-Vamos, abuelo, no pares ahora-Dije
De repente, una bocanada invadió la casa de mi abuelo, y las ventanas se cerraron de golpe. Cayendo al suelo algunos de los manojos de ajos. El abuelo abrió bien los ojos, y lo mas rápido que pudo, se levantó para volver a colocar los ajos en su sitio. Cris y yo mirábamos divertidas la escena, mi abuelo estaba ya mayor para ese tipo de cosas.
-La chica, terminó sabiendo lo que él realmente era, pero no le importó, es mas… decidió que quería ser como él, para estar juntos, para siempre.
Cris y yo soltamos un pequeño ‘’Awww’’
-Pero no salió bien, en una noche de Luna llena, que es cuando se puede convertir una persona en vampiro, el Vlademir, se fue con Christina a una montaña cercana al bosque. Creyendo que seria mas eficaz. Ella estaba nerviosa, y cuando llegó el momento de la verdad. Se desmayó. Él aprovechando que se había desmayado y no podía echarse atrás. La mordió, en la cadera, aún no se sabe porqué decidió ahí. El caso es que no funcionó, la chica murió al acto, no se volvió a despertar de aquel tonto desmayo, que la había condenado a la muerte. -Cris y yo nos miramos, muertas de miedo. Era una tarde fría en pleno invierno. De mucho viento y niebla espesa. No ayudaba. - Y desde entonces, se dice que el alma de aquella chica ronda por los alrededores, sin paz.
-Jope abuelo,¿ y como pretendes que durmamos ahora? -Pregunté
-También dicen que Vladimir, se volvió loco, mataba a todo el que se interponía en su camino. Haciendo así, aún mas grande la hermandad.

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