domingo, 15 de julio de 2012

Capitulo 4


 Me desperté y miré por la ventana, ya no llovía, y la tormenta parecía haber cesado.  Me levanté de la cama y miré mi móvil, tenía un mensaje de texto. No le presté atención y fui a lavarme la cara, realmente así parecía un monstruo. Llegué al baño y me miré en el espejo, a pesar de tener el pelo liso, aquella noche parecía haberse vuelto loco, y haber decidido coger el aspecto del pelo de un león.  Me hice una coleta, y me lavé la cara y dientes, supongo que es una manía lavarme los dientes nada más levantarme. Volví a mi habitación y esta vez sí miré el mensaje.
‘’Buenos días, Claudia. ¿Has dormido bien? -Sonreí- Yo… bueno, me preguntaba que si querías quedar esta tarde, para ir a dar una vuelta, ya sabes… con los chicos, y tu hermana. Dime, ¿Qué te parece? Esperaré tu respuesta. Xx’’
Era el chico de rulitos, Harry. Habíamos intercambiado los teléfonos mientras estábamos en la cocina, era un chico realmente guapo, y cariñoso.
-FLASHBACK-
-Puedes acercarme  ese bol, ¿por favor? -Dije.
-¿Me darás tu número si lo hago? -Preguntó mientras se acercaba para cogerlo.
-¿Intentas ligar conmigo? -Dije riendo- ¿Así?
-No, no -Dijo nervioso, a lo que reí- Es solo… para, ya sabes, no venir a invadir tu casa otra vez.
-Ah… ¿Qué vais a venir más?
Bromeé, ambos reímos.
-FIN FLASHBACK-
‘’No tenemos ningún plan, creo. O sea, que sí, supongo que podremos quedar, luego hablaré con mi hermana, a ver qué dice ella. Xx ‘’
Dejé mi móvil encima de la cama y bajé a desayunar. Mis padres, para variar no estaban. Cris estaba allí, haciendo el desayuno, como solia hacer todas las mañanas.
-Buenos días, hermana -Dije al entrar en la cocina.
-Buenos días -Respondió.
-¿Qué desayunamos?
Ella me miró y sonrió.
-¡Tortitas!
Se puso a saltar por la cocina casi gritando. Mientras yo reia.
-¿De dónde te las has sacado? Mamá nunca nos deja tomar ese tipo de cosas.
Cris me miró sonriendo, levantando y agachando sus cejas. Yo empecé a reirme.
-He ido a comprarlas, esta mañana. Mamá y papá ya no estaban, y he aprovechado para hacer tortitas. -Dijo mientras terminaba de hacerlas- Esto ya está. Saca algo de sirope, ¿no?
-¿También has comprado sirope? -Pregunté- Dime que es de chocolate, por favor, por favor.
Mi hermana me miró casi riendo y asintió.
-¡Bien!
Ambas reimos y me levanté para coger el sirope.
-¿Dónde lo has dejado?
-Lo he guardado en la despensa,  en el segundo estante.
Entré en la despensa, y tal y como mi hermana lo había dicho, ahí estaba el sirope.  Lo cogí y salí a la cocina. Cris ya estaba sentada en la mesa. Con el plato de tortitas encima de la mesa, acompañado de dos chocolates calientes. A eso lo llamo yo, un buen desayuno.
-Dios… si mamá nos viera.
Comentó mientras ponía un poco de sirope en su tortita.
-Nos mataría.
Tomé un sorbo de mi chocolate caliente y le robé el bote de sirope.
-Esto es vida, hermana. -Dije- Por cierto,  el chico de ayer, Harry -Seguí, algo nerviosa- Me ha dicho que si quedamos esta tarde… ya sabes, con ellos.
-¿Y cómo te lo ha dicho? -Preguntó levantando una de sus cejas.
Yo sin quererlo, me sonrojé.
-Bueno… ayer, nos dimos los números de teléfono…
Sonreí.
-Ah, entiendo. No perdisteis el tiempo, ¿verdad?
Sonrió ampliamente.
Corté un trozo de tortita y lo comí.
-¡No! -Dije-¿Cómo iba…? No, Cris.
Sentencié.
-Ya… ya, bueno-Dijo.- Tú y yo tenemos algo que hacer hoy, si hemos terminado esta tarde, quedaremos con ellos.
-¿Qué tenemos que hacer?-Pregunté.
-Nos vamos a investigar. Termina de desayunar y sube a cambiarte.
Metió su plato junto a la taza del chocolate en el lavavajillas.
-¿A investigar?
Mi hermana asintió.
Subió a cambiarse y más tarde lo hice yo, cuándo ya hube terminado de desayunar. Me puse unos jeans vaqueros, junto a unas botas marrones, una camisa blanca y un abrigo marrón, también.
Bajé y me miré en el espejo del hall.
-Parezco un demonio.-Me dije. - Ahora vuelvo, Cris.
Subí otra vez y me arreglé un poco la cara y pelo.
Volví a pasar y repetí la misma acción.
-Pasable.
Mi hermana llevaba también unos jeans, rojo granate, en su caso. Unas bailarinas de color negro, y un jersey blanco roto.
Salimos de casa y fuimos andando. Yo no sabía a dónde iba, pero mi hermana sí.
-¿Dónde vamos?-Pregunté.
-Ya estamos casi… tranquila.-Dijo- Vamos a la biblioteca dónde iba siempre el abuelo, a investigar.
-¿O sea, a esa de allí?
Señalé la esquina de la calle de en frente.
-Sí, a esa.
Ambas anduvimos por la calle hasta la puerta de la biblioteca.
Nos paramos en esta, era… la puerta era enorme, y de color marrón. Sin duda, era una biblioteca vieja, muy vieja. Cris me miró y sonrió, pese a ello supe que tenía miedo. Llamadlo presentimiento de hermanas, si queréis. Cris, abrió la puerta, que emitió un gruñido, extraño. Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo al entrar en aquella biblioteca. Era fría, fría y oscura. Respiré el aire espeso y húmedo de aquella extraña biblioteca y miré a mi hermana de nuevo. Esta estaba casi tiritando a causa del frio.
Miré hacia recepción y pude ver a un chico, de poco más de 20 años, mirándonos con los ojos como platos. Cómo si de fantasmas se tratase. La chica a la que estaba atendiendo, al ver que el chico parecía no tener intención de moverse, ni de prestarle atención, decidió pasar su mano varias veces por la cara de éste.
-¿Me oyes? ¿Tenéis ese libro, o no?
El chico hizo caso omiso al comentario de la señora y , torpemente, salió del mostrador y nos siguió. Mi hermana y yo ya andábamos por los pasillos de la biblioteca, buscando los libros que nos interesaban.
-¡Aquí está!
Mi hermana señaló  una estantería enorme. Dónde había una placa que ponía ‘’Vladimir, el vampiro.’’ A lo alto de la ésta.
-¿Tan importante era este señor?
Mi hermana se encogió de hombros.
Empezó a ojear libros por la estantería, había infinidad de ellos. En lo que vino el chico.
-¿Necesitáis algo?
Parecía nervioso.
-No, no te preocupes, nos apañamos solas.
Sonreí.
Él chico desapareció con prisa, qué raro.
-Toma, tú este.
Mi hermana me lanzó un libro, muy grueso.
-¡Esto es interminable!-Me quejé.
-Lee, y calla.
Empecé a leer.
‘’El comienzo’’ Así se titulaba aquel libro interminable.
-Escucha esto.
Miré a mi hermana.
-Se dice, que el famoso Vampiro Vladimir, conocido por todo el mundo ha estado deambulando durante siglos por todo el mundo. Según cuentan, todo empezó cuando el vampiro se enamoró de una bella princesa, en la ciudad de ‘’ Sanguine et os’’, actual Londres.  El joven Vladimir, intentó que la chica pasara del mundo mortal, a ser inmortal, como lo era él. Pero no salió como querían…-Empezó.
-La historia del abuelo…
No podía creerlo, tal vez el abuelo no había inventado esa historia. Tal vez la había sacado de ahí, del libro donde ellas estaban leyendo en ese mismo instante.
-El vampiro, no sé resistió, y, siguió por todo el mundo, matando a todo ser que se interponía en su camino, y, enamorando a todas las chicas, que, según él, eran reencarnaciones de su amada Christine.
-Esto es una completa locura, Cris. ¿Qué es todo esto? ¿Es de verdad?
-No lo sé. Pero mira esto.
-Normalmente, todas las chicas quién el famoso vampiro ha considerado reencarnaciones de su amada han sido llamadas como ella, Christine, Cristina, o en cualquier otro idioma. Pero un mismo nombre.
Mi hermana me miró, y pude ver el miedo en sus ojos.
-Eso son chorradas, Cris.
Intenté tranquilizarla, pero incluso yo temía por aquello.
-No termina ahí. Aquí dice’’ Lo peor de todo, es que todas aquellas chicas indefensas, de alguna forma u otra, terminaron enamoradas de él, y, más tarde, muertas.’’
-Cris, ¿y tú te crees eso? ¿En serio? Venga, vamos a casa, no deberíamos haber venido…
Ambas nos levantamos y nos dirigimos a la puerta, el chico de antes seguía mirándonos, mirándonos fijamente. Daba miedo. Era alto, de ojos azul claro  y tez pálida. Acompañada por un pelo rubio platino que hacía resaltar sus ojos, y su palidez. Salimos de la biblioteca y el chico siguió mirándonos a través del cristal.
-¿Sabes que me apetece hacer?
Aquello me sacó de la cabeza al chico ese, al fin.
-Si no me lo dices, no.
Ella sonrió y me cogió del brazo, empezó a correr arrastrándome consigo.
-¿Dónde vamos?
Ella me miró sonriendo.
-De compras.
Y paró de correr. Compras, sonaba bien. La cogí del brazo y esta vez la que la arrastró fui yo.
Mi hermana rió y seguimos corriendo un poco más como si de cabras se tratase. Hasta que nos cansamos, quedaban menos de cinco minutos para llegar al centro comercial.
Llegamos allí y nos metimos en todas las tiendas que pudimos, mi padre, no sé ni cómo, nos dio permiso para usar su tarjeta de crédito. Pobre ingenuo. Mi hermana y yo corríamos por todas las tiendas, cargándonos de ropa en cada una de ellas.
-Primero me toca a mi.
Empecé a coger ropa y tirársela a mi hermana, cogiendo de todo, desde unos shorts de esos que se te ve medio culo, hasta un abrigo. Mi hermana casi se mata, ya que por el exceso de ropa que sujetaba en sus brazos no veía.
-Vamos al probador.
La cogí por la espalda y empecé a guiarla, al llegar al probador la chica nos miró raro.
-¿Cuántas prendas lleváis?
Yo miré a mi hermana, que se encogió de hombros.
-Muchas.
La chica soltó una risita, pero se calmó en seguida.
-El máximo son seis.
Mi hermana hinchó los mofletes y me miró como si quisiese matarme.
-Déjanos pasar, por favor, antes de que mi hermana muera.
La chica se encogió de hombros y nos dejó entrar.
-De esto no se entera nadie, eh.
Mi hermana y yo asentimos y nos metimos en el probador. Como usábamos la misma talla ambas empezamos a probarnos ropa.
-¡Este pantalón me lo quedo yo!
Mi hermana estaba intentando robarme un pantalón que yo había empezado a ponerme.
-¡Me vas a tirar!
Y en efecto, caí al suelo, mi hermana me robó el pantalón y se lo puso.
-¿Ves? Mio.
Yo la fulminé con la mirada. Terminamos de probarnos todo lo que teníamos y salimos del probador. Con más de diez prendas cada una en la mano.
-¿Te vas a quedar todo eso?
Yo asentí.
-Yo también.
Ambas reimos y nos acercamos a la caja. Ambas pagamos y salimos de allí cargadas de bolsas.
-¿Te queda alma para más?
Mi hermana asintió. Entró corriendo en otra tienda, esta vez de belleza.
-Necesito un perfume.
-Yo también.
Empezamos a rebuscar entre los perfumes.
-Mira este.
Mi hermana me tiró un poco de perfume y creí que moría.
-Huele a abuela, ¡bgg! ¡Es horroroso!
Ambas reimos y seguimos con nuestra búsqueda.
-Yo quiero este.
‘’Aqua di joia’’ Un perfume genial. Fresco, y ligero. Como a mi me gustan.
-Uhm… yo, creo que me cogeré ‘’Blue’’ como siempre.
Pagamos también los perfumes y salimos de la tienda.
-¿Y ahora?
-Ahora nos vamos a comer, ¿no?
Ambas sabíamos que necesitábamos eso, mucho. Un dia de compras, entre hermanas. Ir de tienda en tienda hasta no tener alma para más.
-¿Dónde comemos?
-Uhm…
Vi un restaurante el cual ambas amábamos.
-¿Nando’s?
Cris empezó a reir.
-¿Hoy es el dia de hacer las cosas prohibidas, cierto?
Entramos al restaurante y nos sentamos en la primera mesa de dos que vimos. Dejamos el montón de bolsas en el suelo y empezamos a mirar la carta.
-¿Ya sabéis que queréis?
Un chico muy guapo, de nuestra edad, un poco más se nos acercó para que pidiésemos la comida.
Le dijimos al chico lo que queríamos y diez minutos después ya lo teníamos todo.
(…)
-Estaba todo genial, como siempre.
Salimos del local y nos volvimos a mirar.
-A la última, venga.
Entramos en otra tienda y repetimos la misma acción, pero esta vez, la que cargaba con la ropa era yo. No cogimos tanta, y nos dirigimos a los probadores.
-Has cogido pantalones de todos los colores, hija mia.
Mi hermana cogió uno y se lo probó.
-Es que, quedan perfectos, ¿no?
Seguimos probándonos ropa como por la mañana y fuimos a pagar. Delante de nosotras había un chico alto, de tez palida y pelo rubio platino.
Era él.
Se dio la vuelta, y en efecto, el chico de la biblioteca. Pero, ¿qué hacia él ahí? ¿En una tienda de ropa solo de mujeres? Y… lo más importante y extraño. En la caja para pagar, sin ninguna prenda de ropa.
Sonrió nervioso y salió corriendo de allí.
-Qué guapo es ese chico, Dios.
Miré a mi hermana extrañada.
-Se parece a Niall…¿no?
Ella se puso nerviosa, la había pillado.
-No, no se parecen en nada, este es muchísimo más guapo.
-Y raro.
-Y no ha intentado matarme, que es lo importante.
La chica de la caja nos llamó.
-¿Tenéis pensado pagar?
‘’Borde’’ Pensé.
-Sí, claro, perdón.
Pagamos y salimos de la tienda. Otra vez él. Estaba apoyado en la barandilla, mirando a algún sitio perdido de todo. Que chico más raro.
Se dio la vuelta, y al vernos, se fue con prisas otra vez. ¿Pero de qué coño iba todo eso?
-Volvemos a casa, ¿no?
-Sí.
Y así lo hicimos.

PERDOOOOOOOOOOOOOOON, Siento haber tardado taaaaaan sumamente mucho. Lo siento, pero últimamente mi casa es la academia de ballet y pfffffff. Pero bueno, ya está aquí :) ¡Disfrutad! 
Att: Claudia Styles (Styles One Direction)

5 comentarios:

  1. Creo que con las prisas te equivocaste con el titulo :S Este ya es el cap. 4 :)

    ResponderEliminar
  2. Uuuh, es verdad. Mea culpa, lo siento :) Gracias por decirmelo cariño :)

    ResponderEliminar
  3. La espera merece la pena. Estoy enganchadisima, me encanta de verdad! Esperando al siguiente *_* lots of love xxx

    ResponderEliminar
  4. Hola, bueno, lo primero esque vuestra novela me tiene totalmente enganchada, me encanta, lo segundo esque he empezado una novela nueva y aun tengo pocos lectores, os la dejo aqui y os importaria hecharla un ojo? Graciasss http://iwouldhaveneverletyougo.blogspot.com/2012/07/moments-1.html?m=1 un beso, Isa.

    ResponderEliminar